domingo, 9 de diciembre de 2012

PROYECTO LIBRERÍA


¿Por qué un proyecto de librería y no de biblioteca?

A veces ir a la librería es más agradable que ir a una biblioteca, porque la biblioteca no siempre comunica el placer de la lectura y, por el contrario, muchas veces los que mandan en una biblioteca son celosos de los libros y presumen que mejor es encerrarlos en un fichero. "El fichero es muy frío, yo no entiendo nada", dirá el niño, "Eco, Umberto; “El nombre de la rosa', puede ser un libro de botánica, de lingüística, seguro que será un rollo". Al libro hay que tocarlo, tomarlo en la mano, si es necesario ensuciarlo o romperlo, por esto, un bibliotecario puede perder el sueño. Por el contrario, en una buena librería yo puedo coger un libro y leérmelo, ¿cómo leértelo? Sí, nadie me dice nada, no me dice: "O lo compras o no lo toques". ¿Y por qué un librero hace esto?, porque se da cuenta de que está construyendo un lector y un lector es un cliente.

Me gustaría que las bibliotecas funcionaran como librerías:

“Un lector elige cuándo, cómo y qué leer; recomienda y solicita sugerencias; decide seguir leyendo o abandonar el texto; aprecia no solo lo que la historia cuenta sino también cómo está contada; prefiere ciertos autores y ciertos géneros; circula entre los textos encontrando sentidos compartidos; construye la propia interpretación jugando el juego de personajes y sucesos ficticios”.

Este proyecto intenta dar salida a este sentimiento, al placer por la lectura independientemente de si queda registrada la lectura, si lo lee en casa, en el cole o en el coche, si lo lee en su sitio o de pie, si lo cambia o lo termina...
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario